Los niños necesitan nutrientes esenciales para crecer fuertes y saludables, y los cítricos juegan un papel fundamental en ese proceso. Llenos de vitamina C, ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y a proteger contra enfermedades comunes, como el resfriado. Además, la fibra que contienen contribuye a una digestión saludable, algo vital en las primeras etapas de crecimiento. Estudios muestran que el consumo regular de cítricos mejora la salud de la piel y la vista en los niños, además de proporcionar antioxidantes clave que apoyan su desarrollo.
Fuente: American Academy of Pediatrics